Si tiene una erección en un centro de cosmética masculina donde el contacto, ya sea accidental o intencionado, está estrictamente prohibido, el esteticista empujará la punta del pene erecto dentro de sus pantalones, donde podrá verlo desde una falda corta. ¡A ella no le importaba que yo estuviera confundido y me empujó hacia abajo! ¡Tuve la tentación de que me metieran tantas veces en los pantalones que el jugo pacientemente se pegó a ellos y finalmente lo metí! ¡Entonces esperé! Una esteticista se vuelve loca sólo por hablar. ¿Está todo programado, desde el primer contacto hasta la inserción técnica?