Después de un año de invertir en la industria del turismo de aguas termales, Melody y su esposo perdieron cada vez más, lo que los obligó a pedir prestado en muchos lugares. El marido también siempre está enojado y molesto por esto. Ante el riesgo de tener que cerrar sus establecimientos y las amenazas de los acreedores combinadas con la presión de su miserable y débil marido para exigir el divorcio, tuvo que aceptar hacer lo que él decía en la película donde tiene que acostarse con el acreedor. Sólo así su establecimiento podrá volver a tener muchos clientes y así poder seguir desarrollando su carrera. Al principio era tímida y tímida, pero poco a poco se dio cuenta de que su pasión era hacer el amor con muchos otros hombres, no el negocio de las aguas termales.