Miki tiene mucha conciencia y puede trabajar. Un día, mientras Miki y sus subordinados estaban en el ascensor, éste se detuvo debido a unas obras. Miki quería orinar y goteó. Cuando se restableció el ascensor, Miki se escapó. Unos días más tarde, un subordinado descubrió a Miki y un guardia de seguridad teniendo sexo y viendo pornografía. Al día siguiente, el subordinado presentó dos pruebas y amenazó a Miki con obligarla a hacer una mamada. A partir de ese día, las exigencias de mis subordinados aumentaron. Miki inicialmente se opuso, pero...