Los padres de Sakura tuvieron que irse a trabajar, así que este verano la llevaron de regreso a su ciudad natal para quedarse con su abuela para aliviar su tristeza. Como estaba acostumbrada a vivir en la ciudad, cuando regresó a su ciudad natal se aburría más porque el estilo de vida no le convenía. Afortunadamente, cerca de su casa hay una vecina que suele pasar a ayudar porque su abuela pierde frecuentemente la memoria, por lo que en parte se alivia su tristeza. Después de enterarse muchas veces de que su vecino la miraba a menudo por su ropa provocativa y escasa, ella audazmente le pidió que tuviera sexo con ella mientras comía helado. Ante la atracción del cuerpo de su lujuriosa sobrina, pareció recuperar su juventud, incapaz de controlarse, por lo que superó el límite para su edad. Esta lujuriosa chica no se ha quedado ahí, se cansó de jugar con el tío del vecino y ahora continúa solicitando a su hermano menor durante una visita a su casa que le entregue algo para su hermano.