Samantha Hayes, una estudiante internacional rusa, escondió una cámara en su sala de estar antes de meterse en problemas para ver qué podía grabar. Llamó a Lucas Frost, el hijo de la familia anfitriona, y le preguntó si podía ver la televisión. Lucas dice que quiere jugar videojuegos, pero Samantha le dice que su madrastra borró sus juegos. Cuando él tiene una rabieta en la sala, Sofie Marie sale para ver qué está pasando. Trató de consolar a Lucas, pero cuando su pezón se salió y Lucas lo chupó, se dio cuenta de que esa era la mejor manera de calmarlo.