Mientras Christian Clay se acostaba boca arriba y se relajaba, Apolonia Lapiedra lo obsequiaba con una broma íntima, quitándose las bragas, masajeándola y tocándola para su satisfacción mientras él miraba. Christian claramente disfrutó del espectáculo, lanzando billetes a Apolonia antes de olfatear sus bragas, luego acariciando su polla con ellos, dándole algo que ver. Apolonia se inclina, su culo apretado sobresale mientras comienza a lamer y burlarse de su pene con la lengua, lo que resulta en una mamada antes de que su coño mojado sea penetrado por la polla dura y dolorida de Christian.