Sachiko, la suegra, discutió con su marido y entró en la casa de su hija y su marido. Me quedé dormido bebiendo y escuchando las quejas de mi hija. El yerno llevó a Sachiko al dormitorio y cuidó el regordete cuerpo de su suegra. Sachiko, medio en broma y medio en serio, sedujo a su yerno diciéndole: Déjame quitarme la ropa. El yerno tuvo una erección cuando vio sus pechos sin sostén, pero Sachiko, que lo notó, se excitó y luego comenzó a seducirlo con frecuencia mientras se burlaba de él. Un día, cuando mi nuera fue a una fiesta de chicas y estaba sola, mi yerno y mi suegra terminaron superponiéndose.