Mi esposa Sana Imanaga y yo pasamos un viaje bastante divertido a las aguas termales. Ambos simplemente lo consideramos un cambio de lugar para hacer el amor más emocionante y no lo consideramos un viaje en absoluto porque pasamos todo el día solo para follarnos. .

Soy un ingeniero común y corriente, mi esposa Sana Imanaga es enfermera. Por lo general, ambos solo nos concentramos en el trabajo, por lo que siempre salimos temprano y regresamos tarde a casa, lo que empeora los sentimientos de nuestras esposas. No es muy lindo, para evitar que vengan cosas malas así que decidí pasar un día con mi esposa y hacer este amor más apasionado que antes.