Un día, sus nalgas se enamoraron del joven que acababa de mudarse a la habitación contigua a primera vista.
Y así su culo tomó el control e hizo actos lascivos para seducirlo. Incapaces de resistir la invitación de la hermosa chica, los dos hicieron el amor de una manera loca.
Y así, aunque no quería, el culo de Hinagata la hizo follarse una y otra vez. Y poco a poco, la sensación de felicidad que traía este joven conquistó Hinagata. Sin necesidad de que su culo se lo recordara, ella misma tomó la iniciativa de buscar al vecino y quería que satisficiera sus deseos sexuales...
