Sé que ella es mayor y tiene familia, pero me atrae su naturalidad y siempre está sonriendo.
Un día, cuando Maaya me invitó a tomar un té con ella, parecía estar quejándose de su marido, así que me enojé y olvidé el último tren, terminando la conversación con ella.
No tuve más opción que pasar la noche en un hotel de amor, pero no podía soportar la idea de estar sola, el cuerpo de la mujer casada comenzó a ponerse en tensión.
