Ha confesado repetidamente sus sentimientos a Mitsuki, un antiguo colega que siempre le ha gustado, pero ha sido rechazado en ambas ocasiones. Atacada inesperadamente, se volvió tan intrépida que fue violada sin piedad. Mientras estuvo inmovilizada, fue tratada con humillaciones, como comer, excretar, meterse objetos extraños en la garganta y recibir repetidamente una inyección vaginal. Y como resultado de seguir gritando y convulsionando ante el comportamiento violento del hombre infiel que entregó su vida, se convirtió en un lugar para orinar con carne.