Parecía que él también tenía a otra mujer por fuera. Como su esposo era quien pagaba las deudas de la familia de Mary, ella no podía divorciarse de él y aceptaba soportar el desdén de su marido.
Un día, su esposo le encargó a Meru que limpiara un espacio vacío en el segundo piso, preparándolo para los inquilinos. Cuando entró, accidentalmente descubrió que había un hombre sin hogar viviendo allí.
Por compasión, Meru le permitió quedarse en ese lugar; también le llevó comida para aliviar su estómago que rugía de hambre. La bondad y la belleza de Meru lo atrajeron, mientras que Meru estaba buscando a alguien que pudiera llenar el vacío en su corazón...
