Karen se casó con un chico japonés y se mudó a Japón. No entendiendo mucho sobre la cultura japonesa, no comprende por qué su suegro la mira con desdén, mientras que su propio padre no entiende por qué su hijo desperdicia a una mujer de su caliber. La situación se vuelve crítica cuando su suegro la ve masturbándose sola en el baño y decide ayudarla.