Debido a que frecuentemente sufría de algunas enfermedades de la piel a pesar de haber tomado muchos medicamentos, el joven decidió acudir a la clínica privada de una famosa doctora que trabajaba de manera profesional y dedicada, con la esperanza de poder curarse rápidamente. Tal como se decía, la doctora era realmente muy amable. No solo examinó las enfermedades de la piel que él le solicitó, sino que también investigó y descubrió que él padecía de una enfermedad de carácter psicológico sexual muy severa. Como una doctora compasiva, no podía quedarse de brazos cruzados, así que decidió investigar la causa para encontrar una solución para esta enfermedad. Afortunadamente, el tratamiento no era ni complicado ni costoso, simplemente necesitaba tener relaciones sexuales. Aunque sabía que esto era algo un poco sensible y que podría tener un gran impacto emocional, por el bien de su paciente estaba dispuesta a hacer todo lo posible con la esperanza de que él pudiera recibir un tratamiento rápido en su clínica de prestigio.