Tsukishima fue designada como tutora de Akira. Desde su primer encuentro, Akira se sintió atraído por la belleza de ella. En particular, cuando se quitó el abrigo, la falda corta y los gestos íntimos de Tsukishima hicieron que Akira no pudiera concentrarse en estudiar. Sabiendo que Akira estaba cautivado por ella, Amiri le enseñó un curso de 'madurez', oficialmente ayudándole a 'graduarse' de su vida como virgen. A pesar de que Tsukishima le explicaba con dedicación, las calificaciones de Akira no mejoraban. Se sentía decepcionado de sí mismo, desanimado, queriendo rendirse. Pero gracias a Tsukishima, gracias a su 'consuelo', logró recuperar la confianza y seguir esforzándose.