Han pasado tres años desde que ella se casó... Rino ha vivido días llenos al lado de su amado esposo. Sin embargo, un día, llamadas silenciosas comenzaron a llegar a mi casa. Sin saber quién estaba al otro lado y sintiéndose inquieta, el cuerpo de Rino se paralizó en cuanto escuchó la voz por teléfono. Nunca olvidaré, nunca olvidaré... Esta voz pertenece a un hombre que había entregado su corazón a sus placeres hasta tres años antes de casarse. Y ese hombre apareció frente a Rino, un pasado resucitado que hizo que su cuerpo ardiera.